En Uruguay hubo una “revolución oculta” que cambió a la familia
Escriben Daniel Lema y Guillermo Draper
El artículo 40 de la Constitución dice que “la familia es la base” de la sociedad. El concepto fue incluido en la reforma de 1934, cuando el modelo de familia era el de hombre y mujer casados y con hijos. Ocho décadas después, ese tipo de familia no es la regla, sino que representa un tercio de las uniones entre personas.
En Uruguay se produjo de manera paulatina una “revolución oculta” que implicó cambios en la composición de los hogares y de las familias, evaluó Leal . El experto, que además es director del programa Mesas Locales del Ministerio del Interior, apoyó su disertación con un documento —al que accedió Búsqueda— titulado Los cambios en la estructura de los hogares y la familia en Uruguay.
En paralelo a la disminución de la cantidad de familias biparentales, hubo una reducción en la duración de los matrimonios. Mientras que en la década de 1950 una unión de ese tipo duraba 35 años, ya en los años 90 promediaban los ocho años, relató Leal. Pero además, el 80% de los jóvenes menores de 29 años vivían en pareja sin estar casados.
La transformación de la sociedad y la familia uruguaya viene “de lejos” y se explica por diversos factores, dijo el sociólogo. ….
Dos de los cambios fundamentales han sido la caída de los matrimonios y el aumento de los divorcios.
En el caso de los matrimonios, hubo una reducción del 57% entre 1985 y 2015. A la salida de la dictadura se registraron 22.276 casamientos, mientras que treinta años después hubo 9.501.
En el mismo período la tasa de divorcios se duplicó. En 1985 esta era del 18,5% y en 2015 pasó al 39,2% (3.724 casos).
Leal comentó que el indicador coyuntural de divorcialidad mostraba en el año 2002 que el 35% de los matrimonios realizados ese año se disolvería.
Juntos pero no casados.
Otro de los cambios paradigmáticos, dijo, fue el aumento de las uniones consensuales. “A principios de 1990 era un fenómeno emergente, pero su crecimiento fue tan vertiginoso que al iniciarse la primera década del siglo XXI pasaron a ocupar un primer plano: más del 80% de los jóvenes habían elegido la unión libre frente al matrimonio (de acuerdo con los datos del censo de 2011), en el censo de 1996 esta proporción era menor al 30%”.
También se registró un aumento de los hogares unipersonales. En 1963 era algo más de uno de cada 10 hogares. A 2011, los hogares de una sola persona se aproximan a uno de cada cuatro del total de 1.133.233 hogares.
Los hogares conformados por parejas sin hijos aumentaron entre 1963 y 2011 hasta representar el 16,8% del total. Hay dos factores que explican esta situación, de acuerdo con Leal. Por un lado, como consecuencia del envejecimiento de la población y el aumento de los hogares conocidos como “nido vacío”, y por otro por el retraso de la edad de inicio de la reproducción.
Por otra parte se reducen los hogares extendidos o compuestos, esto es que al menos uno de los hijos lo es de una relación anterior de uno de los miembros de la pareja. En 1996 eran el 20% y en 2011 bajaron al 14,9%.
Los casados suman 845.184 personas, según el último censo. De esa cifra, 42.862 tienen menos de 30 años. En 1996, los casados sumaban el 45,4% y hoy llegan al 31,3%.
Casi medio millón de personas viven en unión libre (el 18,5% del total). En este grupo hay 1.392 parejas del mismo sexo, la mayoría tiene entre 20 y 54 años, pero también hay 23 parejas de entre 15 y 19 años, y 5 que tienen entre 80 y 89 años.
Leal dijo que “la mayor parte de la gente vive en arreglos familiares que no son el ‘tradicional’, aunque a esta altura habría que llamarles arreglos familiares ‘excepcionales’, porque el matrimonio y la familia constituida por una pareja que tiene hijos y conviven todos juntos es una minoría en la sociedad”.
“Silencioso pero profundo”.
Los cambios que se dieron en la sociedad llevaron a modificaciones normativas. Leal recordó que el modelo tradicional ubicaba al hombre como el proveedor de la familia. Y que, por ejemplo, las asignaciones familiares se les pagaban solamente a las personas que estaban casadas.
En la entrevista, Leal recordó que cuando empezó la crisis de principios de este siglo “explotó la situación de una cantidad de familias que estaban en extrema pobreza y que ya eran de jefaturas femeninas”.
“El fenómeno del concubinato ya estaba instalado y era cada vez más masivo. Fue silencioso pero profundo”, prosiguió. “Entonces había gente que no tenía el derecho social de percibir determinada prestación porque no estaba casada. Fue en el 2001 que se reformó el sistema de asignaciones y se incorporó la posibilidad de asignaciones a las mujeres jefas de familia donde el marido no estaba, donde eran madres solteras incluso”.
En 2008 aparece “la primera tanda de leyes vinculadas a la agenda de derechos”, recordó Leal. “Parte de ello fue darles condición de ciudadanos de igual calidad para percibir los beneficios del Estado a las familias y a los hijos que estaban nacidos fuera del matrimonio legal”.
“La ley de concubinato habilitó las herencias para personas cuyo concubino fallecía después de estar muchos años juntos y tenían bienes en común. Antes, solo se heredaba para cónyuges casados”, recordó.
Para Leal, esas leyes “fueron tardías en realidad, porque el fenómeno ya estaba. Fue una revolución silenciosa y oculta que de a poquito comenzó a visibilizarse”.
Impactos sociales y económicos.
Este fenómeno también es seguido de cerca por la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), que impulsa una serie de estudios orientados a definir una “estrategia nacional de desarrollo” hacia el 2050Un documento titulado Sistemas de género, igualdad y su impacto en el desarrollo de Uruguay al 2050, elaborado a pedido de la OPP, sostiene que desde hace décadas hay una discusión acerca de si el “modelo de bienestar social” debe cambiar porque responde a “ciertos patrones de pirámides poblacionales y estructuras familiares que se han modificado” en Occidente.
El informe, coordinado por Carolina da Silva, sostiene que “el incremento de la tasa de actividad femenina y el cambio en las estructuras familiares puso en jaque un sistema de bienestar que necesitaba de las mujeres en el ámbito reproductivo y privado”.
“Para los escenarios a futuro de OPP es muy importante la cuestión de género y conformación de hogares porque esto tiene fuertes impactos en al menos tres dimensiones clave: la mayor incorporación de las mujeres en el mercado laboral, nuevas demandas de cuidados y cambios en demandas y necesidades de vivienda”, dijo a Búsqueda el subdirector Santiago Soto.
www.busqueda.com.uy/nota/en-Uruguay-hubo-una-revolución-oculta-que-cambio-la-familia
Lee el material.
En esta oportunidad debes pensar las respuestas que serán discutidas en forma oral en la clase por zoom. Se aprovechará la oportunidad para generar la intervención y participación de todos y todas.
- Busca una o dos definiciones de familia.( no hay en el texto).
- ¿Cuáles son las principales transformaciones que ha sufrido la familia uruguaya según el informe?
3. Teniendo en cuenta los art. 40 a 42 de la Constitución y los instrumentos internacionales ( en el sitio disponibles en Textos, bajo el título Familia y derechos humanos). ¿ cuál es el papel del Estado en relación a la familia? Piensa en situaciones, leyes, planes, programas y políticas públicas de nuestro Estado en relación a la familia, su protección y regulación frente a los cambios sufridos.